Hay muchas ciudades que para promocionar su marca se autodenomina como ciudad de…Así que venga a la cabeza tenemos ciudad de vacaciones, ciudad del deporte, ciudad de la luz, ciudad del pan, pero para ser ciudad del vino, hay muchas candidatas. Es como una especie de candidaturas para los Juegos Olímpicos donde finalmente solo puede quedar una. Y si hablamos de ciudad del vino, no, no hay que irse a Castilla y León, ni a Galicia ni a La Rioja. Para encontrar la auténtica ciudad del vino hay que irse a Murcia.
La localidad de Jumilla se ha ganado a pulso la denominación de ciudad del vino. Y lo ha hecho con historia y con trabajo. Lo primero gracias a la tradición vinícola de esta tierra, ya que se remonta a los primeros siglos de nuestra Era: del pueblo Ibero se hereda el cultivo de cereales, olivo y vid; especies hoy en día fundamentales en nuestra agricultura. Durante el siglo XVII el cultivo de la vid fue en aumento; en las actas capitulares del archivo de la catedral de Murcia de 1667, y por primera vez, aluden al pago por parte de Jumilla de un diezmo de vino, a partir de esta fecha se hace constar regularmente.
Es a partir de 1950 cuando se da el verdadero resurgir del sector vinícola. Se instalan las primeras plantas embotelladoras automatizadas, adquiere realmente importancia el comercio. En el año 1966 se crea el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de los Vinos de Jumilla.
Situación y datos
Jumilla es una D.O. a caballo entre dos autonomías. Castilla–La Mancha y Murcia. Seis municipios en Albacete: Albatana, Fuente Álamo, Hellín, Montealegre del Castillo, Ontur y Tobarra; y uno de ellos en Murcia, Jumilla, sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Jumilla.
Figura entre las más conocidas, con unos niveles de producción de uva que oscilan entre los cincuenta y los setenta millones de Kilos anuales, y unos volúmenes de elaboración de vinos, situados en torno a los cuarenta millones de litros por campaña, de los cuales, aproximadamente, un tercio se destinan a la exportación, siendo más de treinta los países destinatarios del mismo. Entre todos se reparten las 42.000 hectáreas de viñedo. Jumilla acapara la mayor extensión, con 22.000 hectáreas, y una gran mayoría de cepas de uvas tintas.
Variedades
Las expresadas circunstancias climatológicas y orográficas, hacen de estas tierras el marco ideal para el cultivo de la más importante de las variedades de uva amparadas por la Denominación: la Monastrell, a partir de la cual se obtienen unos excelentes tintos de color rubí intenso, con tonos violetas, abundantes aromas frutales, franco en nariz cálidos en boca, con una graduación media de entre 12 y 14 grados, en los que se le ha reducido la oxidación para lograr unos maravillosos vinos jóvenes y unos estupendos crianzas y reservas.
Otras variedades son la Garnacha, Garnacha Tintorera y la Cencibel, de las que se obtiene unos excelentes rosados, color rojo cereza, con aromas frutales muy vivos, plenos y frescos en la boca. Y la reciente admitida Cabernet Sauvignon.
Una visita a una bodega
Y después de la parte teórica, nos vamos a la práctica. En Jumilla, ciudad del vino, hay muchas bodegas que poder visitar. Nosotros lo hacemos en Delampa, que se sitúa en la histórica Jumilla, a sólo 10 minutos del centro de la ciudad. Aquí puedes degustar Vinos de Jumilla producidos de forma artesanal directamente desde su casa. No hay nada más natural.
Yo siempre recomiendo que para conocer un mundo, lo que tenemos que hacer es saber cómo se produce. Por eso, recomiendo hacer una cata o una visita. Estas catas de vinos de Jumilla son una experiencia 360º de saber lo que es una bodega y una tradición. Se comienza con una visita guiada por un experto enólogo por todas sus instalaciones, incluyendo las barricas, los depósitos de vino y el área de embotellado. Y se termina sabiendo por qué te gusta tanto los caldos. Se procede a una cata comentada de vinos acompañado de un almuerzo de quesos y embutidos de La Mancha. Y es que no hay nada mejor que un aperitivo para completar a estos vinos.
Ruta del vino
Y de nada sirve ser ciudad del vino si no cuentas con una forma de promoción, es decir, el enoturismo. Y aquí lo tienen. LA RUTA DEL VINO DE JUMILLA forma parte desde agosto de 2005, del club de producto «RUTAS DEL VINO DE ESPAÑA», junto con otros importantes destinos turísticos, lo que le da una garantía e imagen de calidad, respaldada por la Secretaría General de Turismo (TURESPAÑA), el Ministerio de Agricultura y ACEVIN (Asociación Española de Ciudades del Vino). Todas las bodegas adscritas a la Ruta del Vino cuentan con personal cualificado para la realización de visitas, mostrando el proceso de elaboración del vino.
Y Ahora, la pregunta es directa, ¿es Jumilla merecedora del título de ciudad del vino? Nosotros lo tenemos claro.