Pintar, pintar, pintar sin parar, mojar y extender y vuelta a empezar. Si perteneces a la generación EGB estoy seguro que sabrás qué canción es. Es un tema mítico que cantaba Espinete, el famoso erizo rosa, en Barrio Sésamo y que creo que ha marcado mi infancia. De ahí me viene mi afición por lo de pintar. Desde que estaba en el colegio, cuando la asignatura se llamaba Manualidades hasta ahora, que con 50 años, no me pierdo los talleres o cualquier concurso de pintura que se celebran.
Eso sí, con el paso del tiempo lo he ido enfocando a técnicas más experimentadas y curiosas. Por eso, hoy os quiero hablar de dos técnicas que no son muy conocidas pero que son adictivas. Una se llama aerografía, y seguro que te va a sorprender, mientras que la otra es la de pintura con spray.
Aerografía
La aerografía es una técnica muy curiosa, que muy pocos conocen pero que es de esas que crean adición. Un tipo de técnica de pintura que se lleva a cabo a través de un instrumento, llamado aerógrafo, que tiene la capacidad de emitir aire comprimido. Al hacerlo, también libera gotas de pintura muy pequeñas en un soporte. Seguro que te suena de hacerlo en los talleres de coche, pero también se puede hacer todo un arte y crear obras de arte.
Una de las principales características de la aerografía es que se consigue un tiempo de secado mucho más rápido del habitual. Además, se puede cubrir un soporte o superficie en poco tiempo. Otra característica es que se puede usar para cubrir diferentes tipos de soportes, como podría ser un muro, la carrocería de un automóvil, juguetes, vestidos, banderas, incluso también es posible adaptar el aerográfico para decorar pasteles (agregándoles colorantes comestibles). Es una técnica que se usa mucho para pintar murales en los pueblos o en barrio de ciudades.
Ahora bien, como nos indican desde la tienda online especializada en bellas artes de Arte Spray, necesitamos un aerógrafo, un instrumento que nos sirve para aplicar la pintura en cuestión. Lo más habitual es que se diseñe en acero inoxidable. Tiene una forma tal que le permite cubrir zonas en muy poco tiempo. El acabado que se consigue con este instrumento se asemeja mucho al de un spray o de un aerosol.
Eso sí, para poder hacer esta técnica, hay que tener un buen compresor para trabajar con la técnica de la aerografía. Esta herramienta se tiene que poner junto al aerógrafo y tener el objetivo de crear la corriente de aire suficiente para que podamos dirigir la pintura hacia el punto deseado. Es importante asegurarse de que estamos comprando un buen compresor: por ejemplo, el nivel de ruido no debería superar los 50dB. También es interesante comprar uno que tenga calderín o depósito de aire y que requiera del mínimo mantenimiento posible.
Y una vez que tenemos todo esto, hay que ser consciente de que no todas las pinturas valen. En este caso, hay que analizar la pintura que vamos a utilizar es adecuada para aerografía. La podemos encontrar acrílica, de tinta acrílica o de acuarela. Para empezar, quizá sea más recomendable usar las pinturas más opacas, ya que tendrán la particularidad de cubrir con una mayor facilidad. En cambio, las tintas más transparentes requerirán de más capas y de estudiar el tipo de color a usar con más profundidad.
¿Qué te ha parecido esta técnica? La verdad es que es muy adictiva, empiezas pensando que esto no puede ir contigo, pero al final te pica mucho el gusanillo. Ahora bien, hay otra técnica que también te puede llamar la atención y que podría gustarte si te gusta pintar.
Spray
Por último, os quiero contar la gozada que es pintar con spray, o lo que es lo mismo, pintar en aerosol. A mí me encanta porque es muy versátil, puedes usarla igual para hacer un graffiti que para pintar cualquier objeto, tiene un secado muy rápido y el acabado (si lo haces bien) es muy limpio. Si no sabes cómo pintar con spray, no te preocupes es muy sencillo. Eso si, para pintar con spray lo ideal es empezar con una superficie limpia y lisa y seca. Eso sí, aunque es sencillo, si no pones bien las bases, se puede convertir en un desastre . La pintura en spray puede ser de distintos tipos: mate, satinada o con brillo, y estar envasada a alta o baja presión. Ponte en manos de alguien que sepa, y seguro que acabas dominando esta técnica.