A nadie le resultará raro que digamos que España es uno de los países más apetecibles del mundo para visitar especialmente en un momento del año como la primavera o el verano. A nuestro país se le caen las razones de los bolsillos por las cuales merece ser visitado por personas de todos los lugares del mundo y de incluso personas que, aun siendo españolas y viviendo aquí, todavía no han descubierto todos los secretos que guarda nuestra tierra. Por algo nuestro país es uno de los más visitados del mundo y por algo son tantas las personas que se enamoran enloquecidamente de él.
Los años setenta del siglo pasado empezaron a deparar buenas noticias para el turismo de nuestro país. España se vio entonces obligada a responder al reto que se le ponía por delante y ese fue el motivo por el cual comenzamos a construir viviendas especialmente en muchos de los lugares de costa de los que disponemos. La prosperidad económica que se vivía en la época y que dejaba atrás varias décadas de sufrimientos y sinsabores empezó a generar que tanto muchas de las personas que vivíamos aquí como algunos de los turistas habituales empezaran a adquirir residencias temporales en estas zonas. Ni que decir tiene que esa era una de las pruebas por las que se podía decir que la calidad de vida estaba creciendo en el interior de nuestras fronteras.
En los párrafos que siguen vamos a hablar de las dos cosas: de la enorme capacidad que tiene el turismo en nuestro país y de todos esos edificios y viviendas que se han ido levantando desde mediados del siglo pasado haciendo fuerte al negocio de la construcción. Una cosa y la otra tienen especial relación en los lugares en los cuales el clima es mejor. La costa mediterránea, la de Cádiz y su provincia (que ya son atlánticas) y especialmente los dos archipiélagos con los que contamos en nuestro país son los lugares en los que más relación existe entre un factor y el otro.
Empecemos el análisis con una noticia publicada en el diario Expansión a las puertas del verano del año pasado y que mostraba cómo era la radiografía de la vivienda en España. La noticia empieza comentando que el 60% de los españoles tiene alguna vivienda en su propiedad. Dentro de ese porcentaje, el 80% tiene tan solo una vivienda a su nombre, mientras que el 16% dispone de dos y un 4% cuenta con más. ¿Qué es lo que ocurre con las personas que disponen de dos o más propiedades? Que en muchas ocasiones apuestan por alquilar la segunda de sus residencias cuando llegan momentos del año en los que saben que nos las van a usar. Se trata de una práctica de lo más común en España.
¿Y a quién se las pueden alquilar? Aquí entra la segunda de las noticias a las que queremos hacer referencia en este artículo, que es también del portal web del diario Expansión y que muestra que España es el segundo país del mundo en lo que a la recepción de turistas internacionales se refiere, con 85 millones de turistas de más allá de nuestras fronteras cada año. Para que nos hagamos una idea del volumen de gente que esto supone, diremos que es el doble de nuestra población. Por tanto, muchos de los alquileres a los que estábamos haciendo referencia al principio de este párrafo se cierran con turistas que nos visitan en algún momento del año.
El verano en España es muy largo y muchas de las familias que disponen de una segunda vivienda cerca de la costa no suelen pasar la totalidad de esta estación del año en ella. La solución para obtener algo de dinero pasa por alquilarla, pero es habitual que existan ciertos temores con respecto al tipo de turistas que la puedan llegar a alquilar. De acuerdo con los y las profesionales de Nordicway, una inmobiliaria de Gran Canaria, la mejor de las alternativas para muchos de los propietarios consiste en realizar la gestión a través de una entidad especializada en estos asuntos.
Obtener un beneficio económico de una propiedad que no estamos usando en un momento concreto del año y tener la tranquilidad de que no nos vamos a encontrar con ningún problema es algo que se valora y mucho entre todas aquellas personas que disponen de una segunda residencia. Es por ello por lo que los negocios que tramitan este tipo de asuntos están más de moda que nunca entre ese 16% de personas que hemos indicado que tienen dos propiedades y también entre el 4% que tiene más de dos. No es para menos, desde luego. La certidumbre siempre es un valor que se valora mucho y que nos proporciona un bienestar que está fuera de toda duda.
¿Se venden segundas residencias en España?
Hay determinadas personas que optan por vender su segunda residencia. Se trata de una cuestión que fue especialmente habitual durante la crisis económica que surgió en el año 2007 y que incluso afectó a las personas que tenían un poder adquisitivo más grande. Pero también es algo que sigue sucediendo ahora, una vez derrotada esa crisis de la que hablamos y también la del coronavirus. O también sucede que hay gente que se jubila y que termina transformando su segunda vivienda en la habitual, dejando de lado la casa o piso que solía habitar cuando se encontraba en el mercado de trabajo.
El caso es que hay personas que en algún momento de su vida dispusieron de dos propiedades y que, alcanzada una edad, deciden desprenderse de una para acudir a vivir a la que consideran que, por ubicación, amplitud o cualquier otra cuestión, les van a proporcionar una mayor calidad de vida. Ni que decir tiene que es esa calidad de vida lo que debemos buscar en todo momento y por lo que tenemos que luchar día a día puesto que es uno de los asuntos que nos va a conducir de una manera directa hacia la felicidad. ¿Y quién no quiere disponer de esa felicidad?
Tenemos la sensación de que vender o alquilar una vivienda que para nosotros ha sido nuestra segunda residencia es más fácil que nunca en España. El motivo tiene que ver con la cantidad de personas que vivimos en este país o que nos visitan en algún momento del año. Respecto a lo primero, hay que decir que ya somos más de 47 millones de personas en España, algo que ni tan siquiera nos podíamos haber imaginado hasta hace algunos lustros. En cuanto a lo segundo, ya hemos comentado que somos el segundo país más visitado del mundo. Y no sería nada raro que termináramos superando a Francia, que es el país que ostenta el liderato en este sentido.
España siempre va a ser una opción de lo más interesante para cualquier ser humano que quiera disfrutar un poco de la vida. Tenemos una cantidad extraordinaria de opciones para el ocio: disponemos de varias de las mejores costas del mundo, de una Historia espectacular, de un turismo de interior y un turismo rural que es la envidia de Europa y de una gastronomía que es cada vez más conocida en el mundo entero y que deja con boca abierta a todas aquellas personas que la disfrutan por primera vez. Con estos mimbres, ¿quién no iba a querer disfrutar de un país como el nuestro? Nos tiene que dejar de sorprender que España ocupe una clasificación tan buena en lo que respecta a la popularidad de sus lugares en todo el mundo.
Va a continuar siendo habitual que haya muchas personas en el interior de nuestras fronteras que cuenten con dos residencias. Si su situación económica se lo permite, podrán disponer de una primera en la que residan durante los periodos de trabajo y una segunda de la que disfrutar en vacaciones, con independencia de que sean las de verano, Semana Santa o Navidad. Si esa segunda residencia responde a los estándares de calidad de vida y bienestar que estamos persiguiendo durante nuestras vacaciones, seguro que tendremos ganas de visitarla siempre que nos sea posible, incluso durante alguno de los puentes que tengamos a lo largo del año, por mucho que sean de 3 días.
Esta que hemos venido comentando a lo largo de este artículo es una manera de disfrutar de los periodos de asueto con los que contamos a lo largo del año. Quizá muchas de las personas que estéis leyendo estas líneas prefiráis viajar al extranjero y conocer permanentemente lugares nuevos. Es perfectamente lógico y nadie puede estar en contra de vosotros y vosotras por ello. Lo importante es que cada cual encuentre la manera que considere mejor para disfrutar al máximo de sus días libres, que se los ha ganado a pulso y que les deben servir para cargar las pilas y disfrutar de las personas a las que quiere. No hay nada que valga más la pena que eso.