La crisis provocada por el coronavirus ha obligado a muchas personas a cambiar sus hábitos y sus estilos de vida. Desde luego, a nadie se le escapa el hecho de que la vida ya no es igual ahora que hasta hace tan solo tres o cuatro meses. Nuestra salud está mucho más amenazada debido al alto volumen de contagios que se ha venido produciendo en los últimos meses. Y nuestra economía también lo está. Y, si no somos capaces de actuar, tendremos una crisis que será bastante peor que la que tuvimos allá por el 2008.
La llegada del COVID-19 ha obligado a la gran mayoría de las empresas de nuestro país a cerrar sus puertas, al menos de manera momentánea. Algunas han podido seguir en activo gracias a la oportunidad que nos brinda la tecnología, que ha sido la mejor salvaguarda de la economía española desde que empezara este año 2020. Y seguro que para esas empresas, el simple hecho de poder seguir ejerciendo su actividad ha sido una gran ventaja. Y es que el que ha estadio preparado ha podido seguir dirigiendo su negocio durante estas semanas.
Una noticia que fue publicada por el diario El País en marzo de este mismo año aseguraba que el coronavirus estaba forzando a las empresas de nuestro país a acelerar el teletrabajo. Pero la noticia también planteaba un problema: el que se deriva de que no todas las empresas nacionales estaban preparadas para eso ni contaban con la ciberseguridad que es tan importante a la hora de acometer ese tipo de cuestiones. Por eso es importante que se empiece a llevar a cabo la transición hacia una sociedad en la que todas las empresas estén tecnologizadas.
Una noticia que también vio la luz durante el pasado mes de marzo, aunque en este caso lo hizo en el portal web del diario Expansión, se hacía la pregunta de cuántos trabajadores con teletrabajo había en España. Nuestro país, España, tenía un 4’3% de incidencia de teletrabajo en el mercado laboral, estando lejos de países como Francia o Bélgica, que suman un 6,6%, y muy por debajo del 14% de los Países Bajos, el 13’3% de Finlandia o el 11% de Luxemburgo. Esos países, desde luego, han tenido la posibildiad de enfrentarse con más determinación a la batalla contra el coronavirus, al menos en lo que se refiere al impacto económico de la pandemia.
La transición del trabajo físico al teletrabajo que ha sido provocada por el coronavirus no ha sido igual de fácil en todo el mundo. En España, tenemos que reconocerlo, hemos tenido muchos problemas en este sentido, pero se trata de problemas que tienen solución. Son muchas las empresas que han decidido implantar esta modalidad de trabajo en los últimos meses, según nos han indicado los profesionales de Inforges, una entidad que viene trabajando en garantizar ese servicio. Pero desde dicha entidad también nos han lanzado una advertencia: todavía quedan muchas empresas por sumarse a este cambio en nuestro país. Quizá demasiadas.
Un medio de reducir costes fijos
Uno de los costes fijos a los que más temen las empresas es el coste del alquiler o compra de un terreno o espacio en el que sus empleados se reúnan para trabajar. Es evidente que una empresa dedicada a la producción de vehículos no tiene la posibilidad de cambiar este modelo de producción, pero lo que sí es cierto es que empleos que se están realizando en oficinas son idóneos para adaptarse (y cuanto antes, mejor) a esta nueva fórmula para trabajar. A esta nueva realidad.
La verdad es que estamos convencidos de que, tarde o temprano, el teletrabajo terminará convirtiéndose en una realidad para la mayor parte de las empresas de este país. La llegada del coronavirus ha tenido un efecto que ha acelerado el proceso, pero es evidente que solo es el principio de una oleada de llegadas de empresas a esta nueva y revolucionaria manera de trabajar. Y es que está más que comprobado que las empresas que lo están implementando están consiguiendo objetivos de peso. Para cuando las demás se incorporen, ellas ya serán expertas en la materia. Y eso les puede reportar ventajas competitivas más que interesantes.
Y es que la reducción de los costes de alquiler o compra de unas oficinas es solo el principio. Pensemos, por ejemplo, en la motivación de los empleados y empleadas. Trabajar desde casa es una manera bastante interesante para permitir compaginar la vida laboral con la personal. Y todos y todas sabemos que, cuando eso sucede, la felicidad aumenta en esa persona. A su vez, ese empleado o empleada se convierte en alguien mucho más productivo. ¿No merece la pena, aunque sea, intentarlo? Desde luego que sí. Y muchas son las empresas que ya se han dado cuenta de ello.