La forma en que nos alimentamos no solamente influye en nuestra imagen personal sino también en nuestra salud personal. No es necesario llegar a sufrir una obesidad mórbida o un sobrepeso excesivo para darnos cuenta que cada vez que experimentamos un aumento significativo de nuestro peso corporal estamos siendo víctimas de una mala alimentación, un estilo de vida básicamente sedentario o incluso de una alimentación inadecuada para las características concretas de una determinada persona, por lo que en la inmensa mayoría de las ocasiones con solo cambiar unas rutinas o costumbres se puede llegar a atajar el problema de incremento paulatino de peso.
Algunos de los consejos que podemos tener en cuenta a la hora de alimentarnos para mantener una vida sana y saludable son los siguientes:
- Incrementar el consumo de legumbres y verduras. Estos alimentos son saciantes, contienen una gran cantidad de fibra y son bajos en calorías. Se recomienda reservar al menos el 50 % del plato principal para las verduras o comer una buena ensalada como primer plato, ya que se llenará espacio en el estómago sin apenas aportar calorías.
- La carne y el pescado son una buena fuente de proteínas, a la hora de hacer la bolsa de la compra debemos tener presente que siempre es preferible optar por el pescado antes que por la carne por contener menos calorías.
- En cuanto a la forma de cocinar los alimentos, es siempre aconsejable optar por una preparación al horno, hervidos, cocidos al vapor o a la plancha, reduciendo o eliminando, en la medida de lo posible, las frituras de nuestra dieta.
- Evitar el consumo de alimentos ricos en grasa como comidas rápidas, salsas, embutidos, quesos, chocolate, productos lácteos enteros, mayonesa, margarinas, galletas, bizcochos o pasteles, etc.
- Los alimentos integrales son más saludables, puesto que son menos calóricos y contienen una mayor cantidad de fibra lo que facilita el movimiento intestinal e incrementa la sensación de saciedad.
- Es sumamente importante masticar bien los alimentos puesto que facilita la digestión, también debemos procurar comer despacio, tomando breves descansos durante la comida para dar tiempo a que se inicien en el cuerpo los mecanismos que activan la sensación de saciedad.
- A la hora de comer debemos mantener unos pequeños trucos para engañar a la vista y a nuestro estómago, como puede ser servir la comida en platos más pequeños como los de postre para dar que al llenar el plato nos dé una sensación de que nos servimos una mayor cantidad de comida. Nunca comer delante de la televisión, en la cama, en la oficina, etc.
- Si durante la comida sentimos la sensación de estar satisfecho, debemos plantearnos el dejar de comer, aunque todavía haya comida en el plato.
- Se debe evitar el consumo de comidas precocinadas, empanizadas, gratinados, etc. También se debe prescindir del consumo de postres, alimentos dulces, bebidas energéticas, azucaradas o aquellas otras que nos intentan vender como que están elaboradas con un 100 % de fruta, cuando en realidad presentan azúcares añadidos con la finalidad de mejorar el sabor. Un consumo excesivo de azúcares, además de favorecer la aparición de diabetes, es uno de los principales causantes de problemas en la dentición, puesto que del azúcar se nutren las bacterias responsables de la caries dental, tal y como nos recuerdan desde Consejo de dentistas, una organización colegial de dentistas de España, creada en el año 1930, que es un punto de encuentro y referencia entre los profesionales y los ciudadanos y que entre sus objetivos se encuentra el conseguir una óptima promoción de la salud bucodental, así como el fomento de unos adecuados hábitos preventivos.
- Se debe procurar no saltarnos ninguna de las comidas principales para evitar llegar a la siguiente con mucha hambre, de tal modo que siempre es preferible realizar 5 o 6 comidas al día con una menor cantidad de alimentos en cada una de ellas, que realizar solamente 2 o 3 comidas al día con una mayor cantidad de alimentos.
¿Es buena la actividad física?
El aumento del gasto calórico a través de la realización de alguna actividad física diaria también contribuye al mantenimiento de una vida sana y saludable. Así, por ejemplo, debemos intentar seguir estos consejos:
- Realizar, como mínimo treinta minutos al día de alguna actividad física, como caminar al aire libre, correr, nadar, aquagym, ejercicio aeróbico, spinning, montar en bicicleta, etc.
- Cambiar nuestros hábitos diarios, por ejemplo, intentar dejar el coche en casa e ir al trabajo caminando o en bicicleta, sustituir el ascensor por las escaleras, apuntarse a baile, etc.