Vosotros, como nosotros, no os esperabais a principios de este año lo que ha venido ocurriendo en materia sanitaria en España. Estamos padeciendo la mayor crisis desde el final de la II Guerra Mundial en todo el mundo, por lo que no hace falta destacar la situación crítica que están viviendo todos y cada uno de los actores de esta sociedad. Entre ellos, por supuesto, estamos todos y cada uno de nosotros, a los que no solo nos han impedido salir de casa por motivos que ya conocemos, sino que, además, nos han impedido ir a trabajar. Y eso implica consecuencias negativas para otro de los actores sociales: las empresas.
En efecto, estas entidades y todas las personas que las conforman lo están pasando realmente mal a causa del tremendo perjuicio que supone el hecho de haber tenido que cerrar a causa de la pandemia. Esta situación implica una pérdida importante de dinero, ya que el montante que entra en la caja de estas entidades pasa a ser cero. ¿Cuál es la consecuencia de todo esto? Que, de manera inevitable, se ha tenido que despedir a mucha gente, al menos de manera temporal. Y es precisamente de esto de lo que os vamos a hablar en los próximos párrafos.
Las empresas se han encontrado, de buenas a primeras, con una situación realmente inesperada ante la que nadie sabía cómo actuar. Eso les ha llevado a contactar de manera urgente con un abogado que se encuentre especializado en derecho laboral y que les haya podido guiar, teniendo en cuenta también las indicaciones del Gobierno, en este duro transitar que está suponiendo el coronavirus. Los profesionales de una entidad como lo es Trámites Fáciles Santander, que cuentan con personal especializado precisamente en esta área, nos han confirmado que, desde el inicio de la pandemia hace unas semanas, han sido muchas las personas a cargo de empresas las que se han puesto en contacto con ellos.
Y es que los datos que nos está dejando esta enfermedad están siendo realmente espeluznantes. Por supuesto, el más terrible de todos es el del número de muertos y el de contagiados, ya que este tipo de cifras no nos lo esperábamos nadie en absoluto, sin ir más lejos, en este mes de enero. Pero la verdad es que todo lo que tiene que ver con las cifras del COVID-19 va más allá y ha dejado una crisis económica a nivel nacional que puede no tener precedente alguno en nuestra historia.
Vamos a repasar algunas de las cifras que, en materia laboral, nos está dejando la enfermedad:
- Por una parte, el diario La Vanguardia, el pasado 20 de marzo, publicaba en su página web el número de personas que se han ido al paro de manera temporal solo en la comunidad autónoma de Cataluña. La cifra es superior a las 152.000 personas, algo que supone un 4% del total de trabajadores que se encuentran dentro de los límites de este territorio. Imaginaos los que pueden llegar a ser en el resto de España si extrapolamos esos datos a nivel nacional.
- El mismo medio, La Vanguardia, menciona las grandes empresas que se han visto obligadas a tener que realizar un ERTE para tratar de mantener su estabilidad económica durante estos momentos de zozobra. Habla del sector automovilístico (empresas como Nissan, Seat, Ford, Mercedes…) del sector de la restauración (Burger King, Beer & Food…) y del de la moda (H&M, Tendam, Mango, Decathlon…). Como vemos, esta pandemia es una auténtico desastre para prácticamente todo el tejido empresarial que actúa no solo en España, sino también en el resto del mundo.
El crecimiento será lento y progresivo
Todos queremos pensar que esta situación va a pasar más temprano que tarde. La verdad es que tenemos que tener un poco de paciencia en los tiempos que corren, ya que en materia económica vamos a tardar más tiempo en recuperarnos que en otro tipo de ciencias como en la sanidad. Venceremos al coronavirus porque nos han mantenido confinados durante varias semanas, pero las consecuencias económicas son de las que perduran… y habrá que tener, como decimos, paciencia hasta que regrese la normalidad al conjunto de nuestras empresas.
Ante todo, tenemos que salir de esta con la lección bien aprendida. Evidentemente, todo el mundo habla de sanidad pública, algo que, desde aquí, defendemos. Pero, por supuesto, esto nos tiene que servir para valorar el trabajo que llevan a cabo las empresas de manera habitual en nuestra sociedad y lo importantes que son para que todos y cada uno de nosotros tengamos una vida lo más plena posible. Es evidente que solo la suma de los esfuerzos de todos y de todas será lo que nos saque de todos y cada uno de los problemas en los que nos hemos metido en las últimas semanas.