Hoy vamos a hablar de algo muy importante en cualquier vivienda que pueda llamarse hogar, el almacenamiento. Y matizo lo de “hogar” porque los típicos apartamentos de playa que normalmente se alquilan a turistas o similares no tienen esa necesidad que sí tienen los hogares familiares, más que nada porque no guardan ni la mitad de productos que guardamos en las viviendas habituales. Ropa de invierno o verano según temporada, herramientas, limpieza, calzado de otras temporadas, mantas, cajas de manualidades, carpetas de documentación y casi cualquier cosa que podamos imaginar puede llegar a necesitar un espacio en casa para ser guardado, de ahí que nunca sobren armarios.
Esa es la frase que más se repite en muchas familias “nunca sobran armarios”, y es verdad. Ahora que también es verdad eso de que cuanto más espacio tienes más guardas, es como la pescadilla que se muerde la cola, pero la realidad es que una casa sin espacio de almacenamiento es un verdadero problema.
Ahora bien, ¿de dónde podemos sacar ese espacio tan necesario? Muchas viviendas de obra nueva tienen unos metros cuadrados muy limitados e incluso algunas viviendas más grandes, que son ocupadas por familias de varios hijos, se pueden llegar a quedar cortas, así que… ¿qué hacemos?
Creemos espacio
Todas las viviendas tienen rincones inútiles que no sabemos cómo utilizar. Tal vez ese espacio que queda debajo de la escalera en viviendas unifamiliares de más de una planta, o ese hueco en la cocina en el que no cabía un armario más, o quizás ese rincón esquinero que ha quedado en el dormitorio al lado de la ventana y en el que no sabe ni siquiera una triste estantería para llenar de libros. Todos esos espacios sin utilizables, pero para ello tenemos que dejar a un lado los muebles estandarizados y pensar en algo más a medida.
Está claro que la mayoría de nosotros no tenemos la economía suficiente como para amueblar toda la vivienda con muebles personalizados, o a medida, y es que hay que tener en cuenta que si encargas un mueble a medida has de pagas el diseño, el material (que normalmente suele ser de gran calidad), las manos del carpintero artesano que lo fabrica y la posterior instalación. Cuando compramos un mueble estándar compartimos el precio del diseño del mismo con todos esos compradores que van a adquirir el mismo producto que nosotros, las manos del artesano carpintero se transforman en maquinaria de fábrica en la mayoría de los casos y los materiales, aunque los hay de mejor y peor calidad, tienden a buscar la economía.
Debido a esto, muchas familias optan por amueblar toda la casa con muebles estandarizados que podemos adquirir en tiendas como Muebles La Fábrica, Ikea, La Mueblería y empresas similares, pero también podemos encargar el interior de los armarios, y muebles a medida para ciertos rincones, que combinen con los ya adquiridos en tiendas como las ya mencionadas. Si hacemos esto, podremos tener una vivienda totalmente amueblada a un coste más o menos asequible y con ciertos muebles a medida que nos permitirán utilizar todos los espacios posibles del hogar.
Los profesionales de Sidón Armarios suelen recomendar encargar a fabricantes especializados los interiores de armarios e incluso las cajoneras que podamos querer instalar en pequeños espacios reducidos en los que el mueble estándar no suele tener cabida.
Cajones, baldas a distinta altura, barras y todo tipo de separadores fabricados a medida para espacios únicos que nos ayudarán a guardar todo aquello que no usamos a menudo y que no queremos tirar. Espacios de almacenaje perfectos para cada casa.
Organiza todo
Y ahora viene la segunda parte. Por mucho espacio de almacenaje que podamos conseguir utilizando cada rincón de la casa, si no tenemos una organización óptima, es muy posible que sigamos teniendo falta de espacio. ¿Por qué? Pues porque esa falta de organización nos hará ir guardando cosas que ya no utilizamos, acumulando productos, ropa, herramientas e incluso objetos de decoración que hemos cambiado por otros y que nos ha dado pena tirar.
Llegado a este punto, y por muy repetitivo que suene ya que todo el mundo la tiene en boca, lo mejor que podemos hacer es seguir los consejos de Marie Kondo. Al menos los más básicos:
- Haz limpiezas periódicas, no te olvides de lo que tienes guardado.
- Deshazte de todo aquello que no usas y que tienes guardado “pos si acaso”. Puedes vender o donar todo aquello que esté en buen estado.
- Limpia por categorías, para tener claro qué ropa guardas, libros, juegos, herramientas, o recuerdos.
- No te obligues a limpiar todo en un día, es imposible. Organiza todo según armarios o por partes.
- Olvida el ayer, puede que te dé pena tirar algo pero es cosa del pasado, piensa en el presente y en lo que sí usas ahora. El resto, solo son trastos.
Y sobre todo piensa que una casa es un hogar, y no un trastero donde guardar de todo a toda costa.