El pasado 7 de abril se celebró el Día mundial de la Salud, aunque cualquier momento es bueno para recordar la importancia de adoptar unos hábitos saludables como método para prevenir enfermedades o problemas de salud. Siempre es recomendable llevar un estilo de vida saludable, pero sobre todo en momentos puntuales como, por ejemplo, en el momento en que decidimos buscar un embarazo.
Circulan muchas opiniones acerca de como nuestro estilo de vida y nuestros hábitos de consumo influyen en la fertilidad de mujeres y hombres. Hay ciertos factores de nuestro día a día que pueden corregirse para mejorar nuestra calidad de vida y nuestra fertilidad.
Cambios saludables
Es muy importante mantener unos buenos hábitos alimenticios a lo largo de nuestra vida, no solo para propiciar un embarazo, si no por nuestra salud en general. Lo ideal es optar por alimentos reales, olvidando los procesados, escogiendo así los productos frescos ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes, como las frutas y verduras, favoreciendo las verduras de hoja verde ricas en ácido fólico y el pescado azul, de tamaño pequeño, por su aporte de omega3.
El especialista, después de los análisis pertinentes, es el que decidirá si es necesario que se ingiera algún tipo de complemento alimenticio para asegurar que se alcanzan las dosis diarias recomendadas de ácido fólico, vitamina D y yodo, tan importantes para la mujer en esta etapa de su vida.
Mantener un peso saludable es importante durante toda la vida. Sin embargo, en este momento, sobrepasarlo o estar por debajo puede dificultar la posibilidad del embarazo. Tener un peso saludable es un factor importante que puede evitar problemas, también, durante la gestación. La obesidad puede influir negativamente en la ovulación y provocar diabetes gestacional durante el embarazo. Por otro lado, estar por debajo del peso saludable puede alterar la menstruación y afectar al revestimiento uterino, haciendo que el embrión no pueda implantarse.
Practicar deporte de manera regular es una manera estupenda de alejarnos del sedentarismo, y a la vez del sobrepeso y de los efectos negativos del estrés. Y es que el estrés no es bueno para ningún miembro de la pareja, ni en el momento de la concepción, ni nunca. Es importante escucharnos y aprender técnicas que nos ayuden a rebajar la intensidad de estas emociones que muchas veces hacen más difíciles estos procesos.
Los efectos nocivos del tabaco en la salud en general están más que comprobados. A parte de que puede ocasionar enfermedades pulmonares y cardiovasculares, está demostrado que el tabaco es un agente potencialmente dañino para el aparato reproductor femenino y masculino. El consumo de tabaco afecta también a la calidad de los ovocitos y los espermatozoides, hace que pueda aumentar la tasa de abortos y disminuye la fertilidad natural. Por lo tanto, debe evitarse su consumo tanto como el del alcohol, ya que está demostrado que su consumo, sobre todo durante el embarazo, puede afectar de manera negativa al desarrollo del bebé. Se aconseja, también, reducir el consumo de café porque la ingesta de una gran cantidad de cafeína puede producir abortos.
Infertilidad: un problema en aumento
Que la infertilidad es un problema que va en aumento y que cada vez son más las parejas que acuden a las clínicas a realizarse tratamientos, es una realidad que no se puede negar.
El retraso cada vez mayor del momento en que se decide tener un hijo es una de las causas directas que dificultan conseguir un embarazo de forma natural. Nuestro estilo de vida social y laboral han retrasado la edad de ser madre, lo que repercute de manera negativa en la reproducción. Se estima que, a los 30 años, el 95% de las mujeres solo dispone ya del 12% de su reserva ovárica, y a los 40, habrá disminuido hasta un 3%. El aumento en la edad de la mujer afecta, no solo a la cantidad de ovocitos disponibles, si no también a su calidad lo que disminuye sus posibilidades de anidación.
El exceso o la falta de peso, el sedentarismo, el tabaco, el alcohol, el estrés, puede afectar negativamente, como ya hemos señalado con anterioridad a nuestra fertilidad.
En principio, en una pareja joven el embarazo se consigue en un 85% de los casos, durante el primer año en el que se tienen relaciones sexuales sin protección. Por lo tanto, sin que haya problemas de base conocidos que puedan comprometer nuestra fertilidad, se recomienda por parte de los especialistas esperar por lo menos 12 meses antes de acudir a consulta. Ahora bien, estos porcentajes disminuyen cuando la mujer cumple 35 años, por lo que en esos casos se recomienda acudir al especialista una vez pasen 6 meses desde que se comenzó a intentarlo.
Sin embargo, no todo son malas noticias. Según, iviglobaleducation, España es líder en Europa en tratamientos de reproducción asistida. La clave fundamental del éxito de estos tratamientos de reproducción asistida es que España fue pionera en tener una Ley de Reproducción Asistida, en vigor desde 1988. Por supuesto, el gran nivel de los profesionales junto con las clínicas, que ofrecen instalaciones y tecnología médica de vanguardia, hace de nuestro país el destino ideal para las técnicas de reproducción asistida.