Muchas veces no tenemos ni idea de lo que significaría, para nosotros, tener que depender total y absolutamente de otra persona para todo. Las personas dependientes existen, y muchas veces pasan a nuestro lado con sus cuidadores y nosotros no nos damos ni cuenta. La realidad es que muchas veces no somos conscientes de lo que significa ser dependientes. Muchos de nosotros cambiaríamos la perspectiva y el trato que tenemos con estas personas e intentaríamos ayudar más si nos pusiésemos en su piel.
¿Y no es esa, en definitiva, la definición de empatía? Hoy, voy a explicarte todo cuanto necesitas saber sobre las personas dependientes para que te metas un poco más en su piel.
Personas dependientes
Antes que nada, vamos a definiros qué es una persona con dependencia: Este término se refiere a aquellos individuos que requieren ayuda o asistencia para llevar a cabo actividades diarias debido a limitaciones físicas, cognitivas o emocionales. Esta dependencia puede ser temporal, como en el caso de una lesión o enfermedad, o puede ser crónica, como en el caso de una discapacidad permanente o una condición de salud crónica.
El problema real es que el mundo en el que vivimos no está preparado para ellos. Cada vez que voy por la calle y veo a un pobre en silla de ruedas que, por sí solo, no puede bajar de la acera porque no hay rampa… se me rompe el corazón. O cuando tienen que subir escaleras porque no hay ascensor, o cuando tienen un problema cerebral y no pueden ni siquiera comer solos.
Por ejemplo, si hablamos, tan solo, de limitaciones físicas y accesibilidad, basta con echar un vistazo para darnos cuenta de que muchos entornos y muchos de los edificios actuales no están diseñados de manera adecuada para permitir el fácil acceso y el movimiento de este tipo de personas. Rampas, ascensores, baños adaptados, y muchas otras medidas, pueden ser escasos o insuficientes en muchos lugares, lo que dificulta la movilidad y la participación plena de las personas con dependencia.
Además, el transporte público y privado no suele estar adaptado para satisfacer las necesidades de las personas con dependencia. Esto puede limitar su capacidad para viajar de manera autónoma y acceder a diferentes lugares y servicios.
Tipos de dependencias
Una persona con dependencia no es tan solo aquella persona que va en silla de ruedas y no puede levantarse o caminar. La dependencia tiene un rango amplio, y puede abarcar un montón de posibilidades diferentes.
- Dependencia física: Se refiere a la incapacidad de una persona para realizar actividades cotidianas debido a limitaciones físicas. Puede ser el resultado de una discapacidad física, lesiones graves, enfermedades crónicas u otros factores que afectan la movilidad y la capacidad física. Puede afectar a cosas tan básicas como vestirse, bañarse, comer… Estas personas suelen necesitar ayuda para todo.
- Dependencia cognitiva: Se trata de la incapacidad de una persona para llevar a cabo tareas mentales y cognitivas debido a condiciones como demencia, lesiones cerebrales traumáticas, trastornos del desarrollo o enfermedades neurológicas. Puede afectar la memoria, la concentración, el razonamiento y la toma de decisiones.
- Dependencia emocional: Se refiere a la necesidad excesiva de una persona de recibir apoyo emocional y afectivo de otros. Puede manifestarse en relaciones de pareja, amistades o cualquier otra interacción social. Las personas con dependencia emocional pueden tener dificultades para tomar decisiones independientes y confiar en sí mismas.
- Dependencia química: Es la dependencia física y psicológica de sustancias adictivas como drogas, alcohol o medicamentos. Las personas dependencia con química experimentan una compulsión incontrolable por consumir la sustancia y pueden sufrir síntomas de abstinencia si intentan dejarla.
- Dependencia económica: Se refiere a la situación en la que una persona depende financieramente de otros para satisfacer sus necesidades básicas. Puede ser el resultado de la falta de empleo, incapacidad para trabajar o circunstancias económicas desfavorables.
Además, se pueden encontrar diferentes grados de dependencia que indican el nivel de ayuda que necesita una persona para realizar actividades cotidianas.
- Grado I: La persona necesita ayuda para realizar algunas actividades cotidianas, pero puede valerse por sí misma en la mayoría de esos casos.
- Grado II: La persona necesita ayuda a domicilio en una o varias actividades de la vida diaria, al menos una vez al día.
- Grado III: La persona dependiente necesita de un cuidador constantemente para poder realizar las actividades de la vida cotidiana.
Estos son solo algunos ejemplos de los tipos de dependencia que pueden afectar a las personas. Es importante tener en cuenta que cada individuo es único y puede experimentar diferentes formas de dependencia o una combinación de ellas.
Cada tipo de dependencia puede requerir diferentes enfoques y apoyos para abordar las necesidades de las personas afectadas.
Las personas necesitadas también tienen emociones, y hay que respetarlas
Las personas necesitadas también tienen emociones y es esencial respetarlas.
La situación de necesidad en la que alguien se encuentre no disminuye su capacidad para sentir y experimentar emociones. Es importante recordar que todas las personas, independientemente de su situación económica o social, tienen una vida emocional válida y merecen ser tratadas con dignidad y respeto.
Tú mismo has experimentado lo que sientes cuando otra persona, por alguna razón estúpida, te rechaza. Ese sentimiento de incomprensión, incluso de enfado, es absolutamente normal cuando sucede algo lejos de nuestro entendimiento que no respeta nuestros derechos. Imagínate, ahora, ser una persona que depende enteramente de otra y no ser aceptadas. ¡Nuestro interior experimentaría una serie de emociones increíble! De hecho, esto cada vez es más necesario, y ahora intentan que nos pongamos en su lugar para comprenderlo.
Cuando nos relacionamos con personas necesitadas, es esencial mostrar empatía y comprensión hacia sus emociones. Puede ser difícil para ellos enfrentar situaciones de vulnerabilidad, y es importante brindarles un ambiente seguro donde puedan expresar sus sentimientos sin temor a ser juzgados o menospreciados.
Además, reconocer las emociones de este tipo de personas nos permite entender mucho mejor sus necesidades y buscar formas efectivas de ayudarles. Al mostrar compasión y respeto hacia sus emociones, podemos construir conexiones significativas y fomentar un sentido de apoyo y solidaridad en la comunidad.
En resumen, reconocer y respetar las emociones de las personas necesitadas es fundamental para promover la igualdad, la empatía y la dignidad humana. Todos merecemos ser tratados con respeto, independientemente de nuestras circunstancias, y esto incluye reconocer y validar las emociones de las personas en situaciones de necesidad.
Consecuencias para una persona dependiente de no recibir el respeto que merece
Cuando una persona que depende de los demás no recibe el respeto que merece, puede tener consecuencias negativas en su bienestar mental y emocional. Tú imagínate depender de otra persona para hacer cosas básicas… y recibir, además, desprecio e indiferencia de los demás.
Estas son algunas de las posibles consecuencias de no recibir respeto… ya no solo en las personas dependientes, sino en todas las personas. Incluso en ti mismo.
- Sentirse infravalorado, sin importancia e impotente.
- Estrés y productividad reducida.
- Dificultad para mantener relaciones a lo largo del tiempo.
- Pérdida de respeto con el tiempo debido a cambios en el estilo de comunicación y prioridades.
- Atmósfera tóxica que disminuye la alegría y la satisfacción, lo que lleva a la insatisfacción y al agotamiento.
- Reducción de la motivación y la responsabilidad.
Por otro lado, mostrar respeto a alguien que lo necesita puede ayudarlo a sentirse valorado y apoyado. Las relaciones respetuosas se basan en la confianza y la honestidad, y cuando falta el respeto debido, puede manifestarse como un control excesivo, desconfianza, mala conducta e indiferencia. Por eso, es importante tratar a las personas con respeto y empatía para crear un impacto positivo en sus vidas.
Formas de ayudar a una persona con dependencia
Esto es crucial, sobre todo para las nuevas generaciones. Cuanto más temprano se introduzca en la mente de una persona el respeto, más sencillo será para ella adecuarlo a los demás.
- Anímalo a buscar ayuda profesional: Sugiérele que hable con un médico o terapeuta para que lo evalúe y ofrécele ir a la primera sesión si así lo desea. La psicoterapia es el principal método de tratamiento para el DPD y, a menudo, se utiliza la terapia cognitivo-conductual (TCC). Desde Fins ARA – Acompañamiento Profesional, que ofrece servicios personalizados relacionado con el cuidado de personas con falta necesidades especiales de movilidad, nos aconsejan ir poco a poco para no crear un conflicto en esa persona: primero, sugiérele que se le ponga acompañamiento las 24h al día, y luego la terapia. De esta forma, no se sentirá tan inútil y se verá más querido.
- Practica con él habilidades de autosuficiencia y asertividad: anímalos a desarrollar habilidades de autoconfianza y toma de decisiones. El entrenamiento en asertividad puede ayudarlos a aprender a expresar sus necesidades y opiniones.
- Evita permitir su dependencia: presta atención a su propio comportamiento, y trata de evitar asumir sus responsabilidades o fomentar su dependencia. Una persona dependiente no es una inútil, siempre habrá cosas que pueda hacer por sí mismo.
- Bríndale apoyo: Hazle saber que estás preocupado y ofrécele apoyo emocional. Estate preparado y dispuesto a ayudar y a apoyar su tratamiento, como llevarlo a las citas o ayudarlo con las tareas del hogar.
- Infórmate: aprende más sobre la dependencia y cómo afecta las relaciones.
Si conoces a una persona dependiente, lo más importante es recordar que siguen siendo personas, y que necesitan muchísima ayuda…
… pero, sobre todo, amor y compañía.