Parece fácil. Limpiar cristales no parece revestir demasiada complicación. Basta con un trapo y el producto adecuado y listo: cristales tan limpios y transparentes que parece que no existen. Al menos en la teoría, porque en la práctica, es mucho más fácil dejar rastro de huellas por toda la superficie o una especie de capa turbia que no permite ver el otro lado con la claridad prístina que debería.
A nivel profesional, Servinet como profesionales del sector de la limpieza, nos explica como sus cristaleros desempeñan las funciones correspondientes y dejan los cristales, cristalinos, limpios y transparente. Con el objetivo de aprender a limpiar los cristales en condiciones a nivel domestico y para aquellos que, se dediquen profesionalmente a esos menesteres, escribimos este post. En beneficio de aquellos y aquellas torpes, negados para esta, aparentemente sencilla, tarea.
Aunque en las viviendas no es habitual contar con grandes ventanales como puede suceder en otros espacios, cada vez esta más en auge incluir grandes ventanales donde antes hubiere muros. Razón de más para saber como mantener en perfecto estado los cristales que permiten el paso de la luz. Tanto en casa como en la oficina, nos gusta disponer de amplitud, buena iluminación natural y la alegría que esto nos aporta. Pero para que se cumpla esa misión para la que han nacido los grandes ventanales y cristales, es fundamental que estén bien limpios. Tan fundamental como inevitable que se ensucien a lo largo del día, sobre todo en entornos laborales o públicos.
Una limpieza periódica, es tan importante para que luzcan bien como el hecho de hacerla de la forma adecuada, si no queremos que su aspecto deje mucho que desear. Desde aquí, invitamos a todos los que, como la que suscribe, son un poco torpes en este aspecto de la limpieza en cuestión, a que sigan leyendo y aprendiendo sobre como limpiar cristales de forma eficaz y correcta. Máxime, cuando se trata de cristales de grandes dimensiones en los cuales es fácil olvidar algún rincón o chorrete a lo largo del mismo.
¿Qué necesitamos?
En el momento de escoger las herramientas y útiles necesarios para llevar a cabo la limpieza de esos cristales, hay algunos factores a tener en cuenta para hacerlo de la forma más adecuada. El tipo de vidrio a limpiar, determinará directamente los utensilios que van a ser necesarios para ejecutar la tarea. No todos los vidrios o cristales son iguales, ni responden igual ante un producto u otro. También hay que tener en cuenta la ubicación de los mismos, puesto que no es lo mismo limpiar los cristales interiores que los exteriores. En ambos casos, la suciedad que presenten diferirá bastante. La altura de los cristales determinará la utilización de herramientas como escaleras o pértigas para alcanzar a todos los lados y rincones.
La lista de herramientas que principalmente utilizan los profesionales del sector empieza por el cepillo de cristalero, cuyas cerdas son blandas para evitar rayar los cristales cuando se utilizan para eliminar restos de polvo o telarañas. La esponja y el rascador, se utilizan cuando hay que despegar la suciedad adherida al cristal.
Un buen profesional, cuenta con el mojador o empapador que se utiliza para mojar los cristales y, posteriormente frotarlos para eliminar toda la suciedad. Estos son de algodón y pueden colocarse a un palo o mango que facilite la llegada a las zonas más altas.
Una herramienta indispensable, es la racleta limpiacristales, cuya forma, similar a la del empapador, tiene un una goma en lugar del vellón de algodón. Esta herramienta, arrastra toda la suciedad de la superficie y la seca con una sola pasada. Es para muchos, el invento del siglo, junto a la fregona.
La pinza de agarre tampoco puede faltar en el material del limpiacristales, sirve para sujetar las esponjas y bayetas al mango o palo utilizado para alcanzar alturas considerables.
Para llevar todas estas cosas, los limpiacristales, suelen llevar su cubo de cristalero, similar al de la fregona y con la finalidad de humedecer y empapar los útiles.
No puede faltar un buen paño y bayeta, absorbente como la gamuza de piel, junto a los paños de algodón y microfibra. Con estos paños, se va secando la goma de la racleta y se eliminan las marcas que deja ésta en el cristal.
Estos son los útiles más habituales en el maletín del cristalero. Para limpiezas comunes y sencillas, no suele ser necesario otro tipo de herramienta. Sin embargo, cuando se realizan trabajos en altura, se requieren de otro tipo de herramientas concretas y especificas como puede ser la pértiga. Como hablamos de poder hacer una limpieza profesional a nivel doméstico, no es necesario incluir estas herramientas en nuestra lista de herramientas.
A parte de estos utensilios que convendría tener por casa, aunque no seamos profesionales, dado que facilitan la tarea notablemente, es fundamental, disponer de los productos de limpieza adecuados para cada fin. Para elegir el mas conveniente, hay que tener en cuenta, por igual, otra serie de factores como el tipo de cristal, la suciedad que pre
Los profesionales aconsejan utilizar productos de limpieza de cristales profesionales para el interior. A ser posible que no necesiten grandes disoluciones del producto en agua ya que las condiciones de secado son idóneas. Cuando hablamos de limpiar el exterior, la recomendación pasa por las soluciones jabonosas, prestando especial atención a retirar toro el producto y así evitar las futuras manchas que puede provocar que se seque. Para las superficies que presenten restos de materiales o pegamentos, deberá utilizarse algún producto con base de alcohol o acetona.
Técnicas para limpiar los cristales de forma óptima
Tal vez a los profanos en el mundo de la limpieza de cristales, les cueste creer que hay técnicas que garantizan una correcta limpieza. La habitual de coger el trapo y hacer círculos o ir de lado a lado, así como nos venga en gana, no es la más adecuada.
Los profesionales, utilizan entre otras, la técnica estándar horizontal. Esta técnica, consiste en humedecer el cristal con el empapador. Después, se hace lo propio con la racleta y se coloca en posición vertical en la esquina superior izquierda de la ventana en cuestión. Una vez posicionada, sin levantarla del cristal, se lleva hacia el otro externo. Al terminar el tramo, se seca la goma y se repite el movimiento en el tramo inferior. La operación se repite tantas veces como corresponda hasta llegar a la parte inferior del cristal.
Hay que tener en cuenta la inclinación necesaria hacia abajo para evitar ensuciar zonas limpias. Al finalizar todas las pasadas, se secan los bordes y marcos de la ventana con la bayeta o gamuza seca.
Otra técnica muy utilizada, es la estándar vertical. Esta técnica es similar a la anterior pero los movimientos se realizan en vertical en lugar de hacerlo en horizontal. Es decir, de arriba abajo en lugar de hacerlo de derecha a izquierda.
Los cristaleros con más destreza, experiencia y habilidad, utilizan la técnica de mariposa o abanico: similar a la horizontal, pero sin despegar la racleta del cristal. Una vez se llega a un extremo, se realiza un movimiento de muñeca que permite dirigir la racleta hacia el otro extremo y así sucesivamente hasta completar todo el cristal.
La última de las técnicas utilizadas, es la estándar con barra, empleada para trabajos en altura, en los que se requiere de utilizar una barra telescópica que permita alcanzar el cristal. Los movimientos pueden ser tanto horizontales como verticales, pero teniendo en cuenta la presión extra que hay que ejercer para que la limpieza sea eficaz.
Algunos factores a tener en cuenta aparte de los aspectos reseñados, aluden a la necesidad de humedecer los cristales con mayor frecuencia si son de grandes dimensiones, puesto que pueden secarse antes de tiempo y dejar manchas y señales del producto utilizado.
También hay que evitar limpiar los cristales cuando la exposición al sol es directa, hace viento o están calientes. Estos factores adversos, pueden afectar al estado del vidrio, estropearlo o no quedar bien tras la limpieza.
Con todo esto, confirmamos que, limpiar cristales con eficacia y efectividad, no es tan sencillo. La necesidad de herramientas específicas y la aplicación de técnicas en función del tipo o tamaño de cristal son algunos de los aspectos que no solemos contemplar a nivel doméstico o personal.
Sin embargo, con un poco de práctica, interés y ganas, lo más probable es que seamos capaces de aplicar alguna de estas técnicas para limpiar los cristales de nuestra casa o incluso negocio sin necesidad de recurrir a servicios profesionales. Siempre teniendo en cuenta estas consideraciones y contando con las herramientas adecuadas para realizar el trabajo.
En cualquier caso, si se trata de grandes ventanales, sea en vivienda particular, comercio o empresa, lo mejor, es contratar un servicio profesional que se encargue de dejar esos cristales impolutos, al menos de vez en cuando. No obstante, los utensilios utilizados por los profesionales pueden encontrarse en muchos supermercados o tiendas especializadas al alcance de cualquiera que, quiera llevar a la práctica estas técnicas y dejar sus cristales, cristalinos.